Cuidados de la piel del adolescente

Cuidados de la piel del adolescente

En esta edad se inicia el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. La piel es blanco de las hormonas responsables de estos cambios y sus secreciones se incrementan notablemente, su aroma suele ser penetrante, ácido y desagradable. Es necesario entonces observar mejores medidas de higiene personal.

El baño debe ser diario o inclusive dos veces al día si se practica deporte. Insistimos en el uso de jabón suave, sin tallar y con agua tibia.

En esta época son más frecuentes las infecciones por hongos en los pies y pliegues, el secado de estas regiones es de suma importancia para prevenir estas infecciones.

Se debe limitar el uso de zapatos tenis porque favorecen la humedad producida por el sudor, que es irritante, huele mal y favorece el crecimiento de los hongos. Recomendamos asolear los tenis después de haberlos usado.

La cara y el tronco merecen atención especial ya que son los sitios en donde se produce más grasa y tienden a presentar lesiones de acné.

La cara sólo debe lavarse 2 veces al día, un número mayor de lavados exacerba la producción de sebo.

No deberán automedicarse por ningún motivo, sobretodo utilizando productos comerciales muy publicitados sin respaldo científico.

Evitar el uso de cremas, cosméticos, mascarillas, procedimientos de limpieza facial y remedios caseros. Si la higiene no es suficiente para controlar el exceso de grasa facial y del pelo, así como lesiones de acné, consultar al dermatólogo en forma temprana evitará cicatrices permanentes.

La protección contra el sol es también importante en esta edad. El filtro solar deberá tener una presentación adecuada para el tipo de piel de cada muchacho, siempre mayor del 30 y no olvidar que la ropa protege también.

No hay bronceado sin daño, aún cuando este se lleve al cabo en camas bronceadoras o con el uso de productos químicos de dudosa procedencia (aceites vegetales y yodo). Todo esto se debe evitar.

La salud de tu piel nos importa, ¡Cuídate, infórmate!

Fuente: Fundación Mexicana para la Dermatología, A.C.

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