Callosidades
Las callosidades son más comunes en los pies, debido al frecuente el roce y al soporte del peso de manera constante. Además afecta al 1.5 porciento de la población y predomina en el sexo femenino de entre la quinta y sexta década de vida.
Los “callos” se producen como consecuencia del incremento de tejido queratinizado en sitios de apoyo, excesiva presión o fricción constante de la piel, produciendo así un engrosamiento de las capas cutáneas.
La piel de las manos y pies es más gruesa por lo que al sumarse este proceso cambia su textura volviéndose dura y áspera al grado de poder romperse, sangrar o endurecer como piedra. Fomentado en la mayoría de las situaciones también por calzado poco apropiado o en el caso de las manos al levantar cosas pesadas o hacer ejercicio sin guantes.
Este fenómeno cutáneo en algunas ocasiones puede resultar doloroso e incluso dificultar la marcha. Los callos de las manos llegan a ser molestos y afectan en ocasiones a las relaciones personales ya que al saludar pueden incomodar a quien los padece , en el caso de las mujeres los callos de los pies pueden resultar poco estéticos para zapatos abiertos.
Se recomienda evitar factores que predisponen la aparición de los callos como la fricción, evitar el uso de calzado incómodo, la falta de humectación, así como evitar el sobrepeso. Sin embargo, para combatir los que ya existen se pueden utilizar queratolíticos, emolientes y cremas que contengan sustancias como urea o ácido salicílico pues reducen el tejido, así como procedimientos de consultorio como láser.
Es completamente erróneo que los callos deban eliminarse con lijas o tallándolos, pues esta práctica fomenta un incremento paradójico del engrosamiento de dichas áreas. Para quienes utilizan sustancias corrosivas para eliminarlos llegan en algunos casos a provocarse quemaduras severas dando lugar a infecciones y otras complicaciones.
Algunos pacientes pueden presentar este problema en los pies a consecuencia de una mala anatomía podálica por lo que de ser ese el caso se recomienda acudir con un especialista para que corrija el problema.
Es común que la gente no distinga este tipo de callosidades con verrugas y/o hongos de las plantas y palmas, por lo cual ante cualquier confusión es importante acudir con el experto de la piel.
Los callos son un problema sumamente frecuente, resultado de nuestros malos hábitos. Algunas conductas sencillas pueden evitar la aparición de éstos e incluso su curación. La salud de tu piel nos importa. ¡Cuídate, infórmate!
Fuente: Fundación Mexicana para la Dermatología, A.C.